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Kayb’il B’alam, el príncipe que luchó por Zaculeu durante más de un mes
La historia de Kayb’il B’alam, el hijo de Acab -rey del imperio mam-, tuvo como escenario Zaculeu, un sitio que durante la conquista española fue atacado por orden de Pedro de Alvarado y tomado en control por su hermano, Gonzalo de Alvarado.
Kayb’il B’alam o Kaibil Balam, como también se le reconoce, dejó una fuerte huella en la historia gracias a su pasión por defender su tierra Zaculeu, durante más de un mes y medio.
En el texto Historia y Memorias de la Comunidad Étnica Awateca, volumen 2, se explica que en 1525, fue cuando Gonzalo de Alvarado, comenzó su lucha por invadir Zaculeu territorio que alberga el actual departamento de Huehuetenango-.
Los españoles querían conquistar a la comunidad Mam, y en esa ocasión fueron guiados por Sequechul, rey K’iche ‘, que quería vengarse de Kayb ‘il B’alam, quien había propuesto la fallida quema de los españoles en Utatlán.
La sugerencia de Kayb ‘il B’alam ya había tenido su primer represalia, había causado la muerte a su padre.
Los invasores penetraron por Mazatenango. Combatieron con los de Malacatán -hoy Malacatancito-. Después se dirigieron a Huehuetenango, en donde los guerreros Mam les esperaban con la orden de Kayb’il B’alam, de pelear con los españoles.
Gonzalo de Alvarado le propuso a la comunidad Mam su rendición, pero Kayb’il B’alam no respondió. Inició el enfrentamiento.
Los españoles lograron sitiar la fortaleza de Zaculeu. Los Mam resistieron durante un mes y medio, pero finalmente se rindieron por falta de alimentos.
Después de la rendición de Zaculeu ante las tropas españolas, fue fundada una nueva ciudad a cinco kilómetros de la antigua capital Mam, y fue así como dejaron a “Tierra Blanca”, Zaculeu, en el abandono.
La fuerza de dos jaguares
Pero la resistencia liderada por Kayb’il B’alam, el último gobernante, fue engrandecida y aplaudida por quienes lo seguían.
Se cree que Kayb’il B’alam, nació en abril de 1492 y fue príncipe y heredero del trono del imperio Mam de la dinastía Akita.
De él se habló como de su rectitud moral, tenacidad, valor, honor y sacrificio en una serie de pruebas que lo hicieron demostrar que era merecedor al trono real.
Dicen que el príncipe guerrero tuvo que recorrer grandes distancias, perseguido por los mejores guerreros del reino: los miembros de la unidad Quachiq –Guardia Real del Imperio Mam-. Sin embargo, él conocía muy bien las técnicas de supervivencia, cacería y guerra, y superó la prueba.
Textos señalan que el entrenamiento del príncipe Mam comenzó en la unidad élite de guerreros de Quachiq. Y que los aspirantes a integrar ese grupo eran dejados en las afueras de la ciudad fortaleza y emprendían un viaje que duraba 29 días. En el que debían sobrevivir sin alimentos y sin mayor equipamiento.
Durante el entrenamiento, aprendían a caminar y moverse sin dejar huellas. Aprendían a guiarse por las estrellas y orientarse por marcas en los árboles y las sombras. Como eran perseguidos por guerreros de la unidad Quachic, quien fuera capturado era objeto de vergüenza y burla.
Hoy en día hay diversas leyendas en torno a su figura. Una de ellas cuenta que cuando el imperio Mam estaba al borde de su colapso, B’alam dijo rendirse antes los españoles, pero en realidad tomó 120 guerreros y huyó con ellos hacia la Sierra de los Cuchumatanes, donde se dedicó a enfrentar a los conquistadores.
Ligan su nombre a comando especial
El Ministerio de la Defensa de Guatemala detalla que este grupo surge el 20 de septiembre de 1974, cuando el entonces Mayor de Infantería Pablo Nuila Hub presentó un estudio que proponía la creación de un curso de comandos especiales bajo la idea que se pusiera en juego las capacidades físicas y mentales de miembros del ejército, que tomaran como principio de que en combate el dolor une y en entrenamiento esta unión se obtiene por medio del sudor.
Se dice que en esa oportunidad que deberían proporcionarle al curso un nombre que no fuera “comando”. Nuila que había leído sobre el guerrero Mam llamado Kayb’il B’alam, sugirió el nombre y este fue aceptado.
Aunque investigaciones periodísticas aseguran que la élite fue creada el 5 de diciembre de 1974, con este nombre, pero con la idea de enfrentarse a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, que durante cuatro décadas puso en jaque al gobierno de Guatemala.
Lo cierto es que el curso que hoy mantiene vivo el nombre de Kaibil Balam es reconocido por su nivel de dificultad. Pues solo un 10 por ciento de los que lo reciben se gradúan como Kaibiles. Algunos mueren en el intento.
El curso consta de ocho semanas de entrenamiento y supervivencia extrema. Los militares que lo reciben son llevados al Infierno –como le dicen- al Centro de Adiestramiento y Operaciones Especiales ubicado en la región de Poptún, a 415 kilómetros al norte de la capital de Guatemala, donde solo se ingresa por invitación del Ejército.
El entrenamiento requiere que los graduandos salgan listos para utilizar cualquier tipo de arma, sepan matar cualquier animal, defenderse de cualquier enemigo, nadar, desplazarse en selva, riscos, pantanos, corriente de ríos, y se alimenten en condiciones mínimas sin importar si necesitarán comer lagartos, perros, gallinas, culebras, entre otros.
El ejército en su afán de acercar al príncipe guerrero que nunca permitió ser atrapado por los españoles con los kaibiles de hoy, creó el lema: “Kaibil, si avanzo, sígueme; si me detengo, aprémiame. Si retrocedo, mátame”.
FUENTE: http://mundochapin.com