Poema a la ceiba
Erguida con gallardía
la ceiba, árbol nacional,
a primeras horas del nuevo día
eleva al cielo su verde canto
y por eso mi espíritu levanto
para dedicarle mis versos
y mis acentos tersos.
Nuestro árbol nacional
-decía mi abuelo Juan-,
nos da su sombra sin igual
y los quetzales a su seno van.
Y es que la ceiba con su sombra
a las alegrías nombra,
y no es extraño que una sinfonía
de sus ramas brotan cada día.